Fundación Naturaleza y Hombre ha finalizado recientemente los trabajos de retirada del helecho azolla que habían colonizado la superficie de un par de lagunas en la Reserva de Campanarios de Azaba. La Azolla filiculoides, también llamada helecho de agua, es una planta invasora, originaria de América, que se propaga rápidamente y termina por cubrir totalmente las charcas, impidiendo el desarrollo de otras especies animales y vegetales.
Carlos Sánchez, presidente de Fundación Naturaleza y Hombre, advierte de que la azolla “es un problema ambiental de primera magnitud”, que se ha introducido en los estanques temporales mediterráneos y en las lagunas de las zonas de dehesa en el Oeste Ibérico. “Se trata de un helecho acuático que tiene la característica de reproducirse muy rápidamente y colonizar las lagunas, tapándolas e impidiendo que los rayos de luz entren, y además les aporta muchísima materia orgánica, lo que les provoca una falta de oxígeno enorme. Anfibios, peces y otras especies vegetales desaparecen”.
“De una charca a otra la puede trasladar una nutria, un pato… Y es un problema muy grande porque está cada vez más extendida y su retirada es costosísima”, continúa. “Estamos realmente preocupados y en la Reserva Biológica de Campanarios de Azaba estamos tratándola lo más rápido posible para erradicarla de donde la tenemos. Aquí, como estamos haciendo una retirada muy rápida, aún vamos a conseguir que sobreviva parte de la colonia de plantas acuáticas que teníamos antes. Si hubiéramos tardado un poco más no hubiéramos llegado a tiempo”.
Carlos Sánchez hace por ello un llamamiento para que cualquier propietario que detecte la azolla en sus fincas se ponga en contacto con Fundación Naturaleza y Hombre. La planta, que no se asemeja a los helechos comunes, tiene hojas pequeñas y raíces cortas, y su color oscila entre rojo y púrpura a pleno sol y verde pálido a verde azulado en la sombra.
Se da la paradoja de que, mientras que esta especie supone un gran problema para la biodiversidad en las zonas que invade, hay quien ve en ella un gran potencial para luchar contra el cambio climático, por su capacidad de captación de dióxido de carbono. De hecho, los paleontólogos hablan del Evento Azolla, un enfriamiento global que tuvo lugar hace 48 millones de años, se supone que a causa del crecimiento descontrolado de este helecho.
La intervención forma parte del proyecto europeo LIFE “Club de Fincas por la Conservación del Oeste Ibérico”, coordinado por Fundación Naturaleza y Hombre, un ambicioso intento de recuperación de los hábitats de bosque mediterráneo y dehesas, que cuenta con una financiación total de dos millones de euros aportados por la Comisión Europea y por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Fundación Biodiversidad.