Los estanques temporales mediterráneos y las charcas ganaderas forman ecosistemas acuáticos, naturales o artificiales, a lo largo y ancho de la zona de trabajo. Cada finca posee varios. Entorno a ellos se mantiene la vida en las dehesas. Más de una docena de especies de anfibios pueden vivir en estos estanques, si se gestionan correctamente, empobreciéndose las comunidades de seres vivos si se someten a sobreexplotación y eutrofización. Los macrófitos recubren las charcas y la cigüeña negra las utiliza siempre que las pueda vadear. Gran parte de la explosión de biodiversidad de la dehesa gira entorno a este medio que mantiene agua durante los secos veranos.