La presencia humana en el Oeste Ibérico es muy limitada, con escasos núcleos poblaciones que puedan denominarse “urbanos”. La densidad de población del conjunto del área es de apenas 18-20 habitantes/km2. Para obtener una idea correcta de lo que estas densidades de población significan, pueden ser comparadas con los registros europeos (114 hab/km2 para el conjunto de la UE-27) o nacionales (93,51 hab/km2 en España y 114,3 hab/km2 en Portugal, en la media europea). Esta situación es el resultado de una ininterrumpida tendencia poblacional negativa del conjunto de la zona de actuación, tanto en España como en Portugal. Esta sangría poblacional continua y no parece tener perspectivas a corto plazo de detenerse, sino todo lo contrario, incrementándose día a día la tasa de envejecimiento, con la excepción de las capitales comarcales y núcleos de servicios como Ciudad Rodrigo o Castelo Branco.