Desintensificación de la Reserva

Cuando la finca que actualmente es la Reserva Biológica Campanarios de Azaba fue adquirida por Fundación Naturaleza y Hombre, era objeto exclusivamente de un aprovechamiento ganadero. En los últimos años, gracias a las acciones ejecutadas, se ha tornado en una dedicación a la conservación de la naturaleza como uso preferente y prioritario, estando cualquier otra actividad subordinada a la misma.

Los efectos del cese del arado de la finca han provocado un enriquecimiento progresivo de la flora y de la comunidad de lepidópteros y han hecho posible la recuperación de determinadas especies de reptiles cuyo aumento ha sido constatable y muy evidente.

Los polinizadores naturales han recolonizado todos los hábitats al no tener competidores artificiales. Los avisperos naturales han proliferado profusamente. El mismo fenómeno han experimentado los anfibios, mucho más diversificados en número de especies y en abundancia.

Campanarios se ha convertido en un refugio para la fauna, donde tras varios años sin actividad cinegética las especies han aumentado exponencialmente. La paloma torcaz (Columba palumbus) ha multiplicado por veinte sus efectivos invernantes, la liebre Lepus granatensis ha triplicado su población y los jabalíes Sus scrofa han ido siendo más presentes en toda la reserva, al igual que el corzo Capreolus capreolus.